La mediación del aprendizaje en los Entornos Virtuales de Aprendizaje

by | Abr 25, 2022 | Artículos

José Guadalupe Bermúdez Olivares

jgbermudez@gmail.com

Resumen

La mediación del aprendizaje reviste importancia en los Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA), por su naturaleza en una modalidad donde la relación cara a cara no se considera y por tanto no puede perderse la oportunidad de un proceso pedagógico. Diversos actores intervienen en un proceso didáctico, uno de sus retos esenciales será apropiarse de una conceptualización de mediación, de un sentido de mediar y de la importancia de la construcción y de la apropiación del conocimiento.

Buscar el éxito en un proceso de mediación implica compromisos personales e institucionales para coadyuvar en fortalecer las competencias que se requieren en el tutor y en los diseñadores, tanto de contenido como de espacios tecnológicos. La presente ponencia busca poner en la mesa una discusión de suma importancia por el impacto que ésta tiene en la vida del que aprende, para ahondar en su reflexión y acción.

Palabras clave

Mediación, Conocimiento, Aprendizaje, Entorno, virtual

El problema

Diversas variantes de un mismo problema, el de la mediación pedagógica en la práctica educativa; en nuestro caso, en la práctica educativa de los Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA), que se pueden enunciar como: comprensión conceptual del término, competencias para la mediación, construcción de un ambiente de aprendizaje propicio y mediación rumbo al logro de aprendizajes duraderos.

El reto de la mediación

Desde la perspectiva de Vigotsky (1988) podría argumentarse que la mediación social  es imprescindible para el aprendizaje, que esta función que cumple el docente muchas veces no se relaciona con ella o se hace extremadamente. La mediación social se da de manera directa o a través de los recursos que preparamos para el estudiante, porque traen implícito la presencia y las ideas de otras personas para prestar ayuda al que aprende.

La nueva cultura del aprendizaje (Pozo, 2008) reclama del aprendiz una nueva cultura en donde es mayor la demanda de nuevos conocimientos, saberes y destrezas; una integración a una sociedad cambiante, con ritmos de cambio muy acelerados, que exige constantemente, de los aprendices y maestros, nuevas interrelaciones, integración y relativización de conocimientos para situaciones concretas.

Tradicionalmente se piensa que el que aprende es el estudiante al recibir lo que le da el docente, pero esto ha cambiado, nuevas concepciones permean para explicar un proceso más dinámico e interactivo, ambos aprenden y son mediadores. Para el aprendiz lo que el maestro puede hacer es facilitar más o menos su aprendizaje. ¿Cómo? Creando determinadas condiciones favorables para que se pongan en marcha los procesos más adecuados. La instrucción o enseñanza se traduciría precisamente en crear ciertas condiciones óptimas para ciertos tipos de aprendizajes. Según el resultado buscado es preciso activar determinados procesos, lo cual requiere unas condiciones concretas y no otras.

Para el diseño y activación de determinados procesos se requiere la preparación que le permita actuar al mediador con la planificación de estrategias de intervención para fomentar el aprendizaje, generando sus propias condiciones de mediación. Por tanto la preparación del docente como mediador, lleva a las instituciones a plantearse nuevos retos para contar con los mediadores competentes ante una situación compleja y una sociedad cambiante. (Tébar Belmonte, 2003).

Las instituciones educativas tienen un compromiso pedagógico con sus estudiantes y con la sociedad, de acompañar a sus estudiantes en un verdadero proceso de formación integral, en donde se incluye el desarrollo de las capacidades de pensamiento, de comunicación, de toma de decisiones, y además desarrollar competencias de observar, proponer, crear, experimentar, buscar y seleccionar la información.

Si buscamos éxito en la mediación, entonces pensamos en construir estas competencias que nos permitan problematizar el saber científico socialmente establecido, esto es comprender los procesos cognitivos que se generan con el aprendizaje y los aspectos metodológicos, en donde se encuentran los métodos, técnicas y estrategias para apoyar al que aprende, preocuparnos por impulsar el proceso adecuado, en el ambiente adecuado, que nos lleve a construir conocimientos y a apropiarnos críticamente de los existentes, esto es formarnos como mediadores.

Pozo and Font (1999) orientan respecto a la consolidación de las estructuras cognitivas superiores complejas, preocupación del docente mediador, que le lleva a pensar cada uno de los escenarios y la estrategia adecuada al nivel de formación, al contexto de enseñanza, para tener la metodología adecuada por tanto mediación del aprendizaje.

Con el planteamiento anterior se puede deducir que el sujeto que enseña tiene dos objetos de estudio: el contenido temático a enseñar y el sujeto que aprende; es decir, tendría que entender cómo se construye el conocimiento que enseña (nivel epistemológico) y cómo construye el conocimiento el sujeto que aprende (nivel gnoseológico) (Sierra, 2010); entendiendo que informar no es enseñar, y que es factible diseñar metodologías más adecuadas para la enseñanza de las diferentes ciencias, planteando estrategias para la incorporación de las tecnologías en tanto herramientas didácticas insertas en una estructura tecnológica y acotadas a su vez en una mediación pedagógica que le da sentido al uso de las mismas .

Así entonces, la mediación pedagógica considerada como elemento fundamental en la generación y construcción de conocimientos, permite entender el proceso enseñanza aprendizaje en sus dimensiones gnoseológica y epistemológica realizado básicamente por alumnos y docentes en el aula escolar así como en los diversos y variados espacios educativos para comprender su dimensión pedagógica al contextualizar dicho proceso en una sociedad caracterizada por el uso de las nuevas tecnologías en la educación, este último planteamiento requiere la reconsideración de algunos conceptos utilizados tradicionalmente por la pedagogía, y la incorporación de otros surgidos de diferentes disciplinas, construyendo una estructura epistemológica que permita un mejor entendimiento y comprensión acerca del uso de las  Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Por ello, se necesita que el docente se comprometa a cambiar la manera de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo a los estudiantes. Lo cual conduce a la reelaboración de los fines de la educación y a multiplicar los destinatarios de la misma (Fainholc, 2004). En este sentido se hace necesario reflexionar sobre la función social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la Mediación Pedagógica, en donde necesariamente entran en escena el maestro, el estudiante, el conocimiento, las herramientas y la cultura en un entorno específico.

Esta función social es la preocupación por el otro, por tanto la mediación pedagógica es la intervención capaz de promover y acompañar el aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir, de promover en los educandos la tarea de “construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos” (Fainholc, 2004, p. 9).  Así toda la práctica educativa puede ser llevada al terreno de la mediación pedagógica.

Nunca antes se había analizado tanto las formas que se convierten fondos, que son parte del currículo oculto, en donde cada uno de los medios y materiales son acompañantes y mediadores; la voz, la manera de ver, observar, los gestos, entre otros que intervienen en el proceso de aprendizaje. Para nuestro caso, en la educación virtual: la imagen de nuestro perfil, la palabra que utilizamos, el mensaje escrito, el momento de responder, el espacio donde profundizamos nuestro comentario, el link que recomendamos, entre muchos otros elementos.

Mediar para apropiarse del conocimiento y construirlo, en una asignatura, es mucho más allá de eso, constituye un momento de incidencia en la vida del aprendiz, que puede ser del impacto que le queda para el resto de su existencia. Mediar para comprender las relaciones sociales y naturales, las bifurcaciones que le presenta la vida en esta asignatura pero que tiene que poner en marcha procesos de cognición complejos que le llevan a apropiarse de maneras de ver el mundo, sin duda que estamos asumiendo la tarea de “asumirse” y de “comprensión del mundo”, justo cuando buscamos que se vincule con la vida y logramos que ese conocimiento se vuelva estratégico. (Pozo & Font, 1999)

La complejidad de las relaciones en la educación es tal que ignorarla tiene consecuencias evidentes. En un aula de clases se instauran múltiples mediaciones; son relaciones simbólicas que suceden necesariamente entre maestro-estudiante, entre estudiante-estudiante, entre maestro-estudiante y el saber que constituye el objeto de estudio (Franco, 1999). En el aula ocurren diversas interacciones mediatizadas por el profesor, los alumnos, los contenidos, los medios. Así por ejemplo la relación entre el profesor y el alumnado está mediatizada por la asignatura, por los medios y por la afectividad, entre otras variables.

Todos los recursos que se utilizan en la educación, desde los más simples hasta los más sofisticados, deben ser analizados desde la óptica de la mediación pedagógica. El contenedista o diseñador instruccional en la educación virtual, al pensar el escenario donde se lleva al aprendiz y al experto, en este caso el tutor, reflexiona sobre cada recurso y la profundidad de su mediación, del momento de actuación e incluso tiene la posibilidad de orientar paso a paso al interventor directo para que plantee la interrogante apropiada en el momento apropiado.

Los espacios de interacción entre los que se encuentra el foro, el repositorio de tareas, la Base de datos, el Glosario, El diario, entre otros, son los espacios didácticos; por tanto las TIC realizan una función de plataforma, entendida esta como la base para hacer funcionar determinados módulos, espacios de interacción, portadas, recursos de comunicación, etc., precisamente para mediar las relaciones, el saber y los actores; el diseño del aula donde se vive cotidianamente el proceso de aprendizaje, también es pensada y argumentada.

Franco (1999) sostiene que cuando se estudia para ser profesor se presentan a los futuros educadores algunas formas de llegar a los estudiantes, más allá de la voz y de los gestos: proyectores de diapositivas, proyectores de cuerpos opacos, retroproyectores, mapas, láminas, maquetas, computadores y se resalta su importancia y su uso, pero se descuida el papel del educador como mediador y el papel de estas tecnologías como mediadoras de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Al respecto Ferreiro (1999) sostiene que el uso de un software educativo conceptualmente atrasado no va a acelerar el proceso de comprensión de la naturaleza de un sistema alfabético de escritura. Muchos de ellos son una pura réplica de lo peor que se puede hacer con un pizarrón, sólo que más atractivo porque se usa animación. Peores resultados van a obtener si se confía en el uso exclusivo del ‘mouse’, evitando el teclado. Los nuevos medios son inútiles si no insertamos en ellos nuevas ideas. Es decir, la forma como conoce el docente, sus pensamientos, sus creencias en torno al saber específico y pedagógico, es reflejada mediante la tecnología que él escoja para proponer el objeto de estudio ante la clase.

Cardona (2002) por su parte hace un análisis fenomenológico de la relación, así como de los aspectos de la comunicación que pueden ser transmitidos, ampliados, reducidos con los recursos de la informática. Afirma que nuestra experiencia de la realidad es transformada cuando usamos instrumentos; en este sentido, las realidades presentadas por los medios son alienantes. La fenomenología intenta abordar los objetos del conocimiento tal como aparecen. Esto es, tal como se presentan a la conciencia de quien procura conocerlo, intentando dejar de lado toda y cualquier presuposición sobre la naturaleza de esos objetos.  A través del instrumento hay una selección de determinados aspectos de la realidad, con ampliaciones y reducciones. La amplificación y el aspecto más sobresaliente puede dejarnos impresionados, maravillados, al experimentar cosas (los aspectos de objetos conocidos) que no conocíamos antes con nuestros sentidos.

Después de un primer análisis fenomenológico superficial, se puede concluir que la tecnología no es neutra, en el sentido de que su uso proporciona nuevos conocimientos del objeto, transformando por la mediación la experiencia intelectual y afectiva del ser humano, individualmente y en colectividad; posibilitando interferir, manipular, actuar mental o físicamente sobre nuevas formas, por el acceso a aspectos hasta entonces desconocidos del objeto.

Dependiendo del objeto, del sujeto (más o menos crítico), de su historia y de su situación específica, se pueden considerar las nuevas características ampliadas del objeto como más reales que aquéllas sin ayuda de instrumentos. Se puede así confundir las dos dimensiones de continuidad y diferencia entre la percepción ordinaria y la mediada. En este sentido, las realidades posibilitadas por las tecnologías informáticas pueden ser alienantes, como las historias de adictos a los computadores.

Por ello, se necesita que el docente se comprometa a cambiar la manera de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo a los estudiantes (Franco, 1999). Lo cual conduce a la reelaboración de los fines de la educación y a multiplicar los destinatarios de la misma. En este sentido se torna necesario reflexionar sobre la función social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación pedagógica, donde necesariamente entran en escena el maestro, el estudiante, el conocimiento, las tecnologías informáticas y la cultura en un entorno específico.

Se hallan representadas por la acción o actividad, intervención, recurso o material didáctico que se da en el hecho educativo para facilitar el proceso de enseñanza y de aprendizaje por lo que posee carácter relacional. Su fin central es facilitar la intercomunicación entre el estudiante y los orientadores para favorecer a través de la intuición y del razonamiento, un acercamiento comprensivo de las ideas a través de los sentidos; Eisner (1987) plantea esta idea dentro del horizonte de una educación concebida como participación, creatividad, expresividad y racionalidad

También se refiere a los procesamientos didácticos de la información para hacerla aprendible, ya que permite visualizar el tratamiento de los contenidos y de las formas de expresión en relaciones comunicativas que realicen una selección y combinación de los medios y formatos, que posibilitan andamiar (ZDP según Vigotsky (1988), el aprendizaje presencial y a distancia y en consecuencia, fortalecer las potencialidades de interactividad a través de los materiales educativos.

Para profundizar una perspectiva de las mediaciones pedagógicas, se sostiene el diálogo y la interactividad didáctica provocado y posibilitado en las mediaciones pedagógicas que hace que el estudiante los ejerza de un modo particular en el espacio diseñado para dicha interacción. El aporte de Gadamer (2005), dentro de la corriente filosófica hermenéutica comprometida con el desarrollo del trabajo interpretativo, brinda elementos clarificadores sobre el “diálogo”, porque el intérprete y el texto son dos interlocutores que a través de la articulación dialéctica de preguntas y respuestas relacionadas mutuamente, pretenden alcanzar el entendimiento para comunicar algo.

Entender el diálogo hermenéutico ayuda a comprender el trabajo pedagógico de las mediaciones pedagógicas donde la interrogación, -cara a cara o mediatizada,- lleva a profundizar la relación a partir de la respuesta brindada a una pregunta (Zuleta Araújo, 2005) y a modificar el horizonte de la comprensión propia del intérprete, poniendo en evidencia sus límites y potencialidades.

Hablar de mediación es hablar de distancia, o más bien de distanciación, es decir, las acciones y los medios para propiciar y regularla, la mediación por lo tanto implica acción, intervención, los medios por sí mismos no generan mediación, éstos son soportes que registran, almacenan, codifican, decodifican y trasladan información, la mediación es un proceso que propicia la separación y la integración de algo, en este caso de los elementos que comprenden el proceso de comunicación, pero también propicia la regulación y modificación de dicha separación. El proceso de mediación altera las condiciones de tiempo y espacio en los que originalmente transcurren los aprendizajes, por lo tanto una buena mediación hará hincapié en la dirección y sentido formativo.

Conclusiones

La mediación del proceso de aprender, es de gran envergadura, es actividad central en una modalidad de educación donde el Entorno Virtual de Aprendizaje se construye para que la interacción se realice y alcance el mejor nivel de logro, por tanto esto es posible si las instituciones invierten en apoyar al tutor y al diseñador, como mediadores centrales de este proceso, para que las competencias se construyan, se fortalezcan y se pongan a juicio.

Mediar no es una acción sencilla, su complejidad le lleva a alcanzar los propósitos educativos o a su desviación, a aprovechar el máximo de las aulas virtuales o a perder estudiantes al aburrirse y perder interés, esta complejidad lleva el reto de saber los cómo e identificar los momentos de actuación del tutor, para ello conocer cómo aprendemos es imprescindible, manejar los procesos de construcción del conocimiento, los niveles taxonómicos de nuestras instrucciones y mensajes que dirigimos al aprendiz, las formas de exposición, de interrogación, entre otras, son insoslayables.

Lograr que el conocimiento se convierta en estratégico es lograr la significatividad del aprendizaje, cómo lograrlo y cómo identificar ese momento de apropiación sigue siendo uno de los principales retos de la mediación.

Referencias

Cardona, O. G. (2002). Tendencias Educativas para el siglo XXI. Educación Virtual, Online y@ Learning. Elementos de discusión Edutec. Revista Electrónica deTecnología Educativa, 15.

Eisner, E. W. (1987). Procesos cognitivos y currículum: Una base para decidir lo que hay que enseñar: Ediciones Martínez Roca.

Fainholc, B. (2004). El concepto de mediación en la tecnología educativa apropiada y crítica. Educar. Educación y TICs., en http://weblog. educ. ar/educacion-tics/archives/002461. php.

Ferreiro, E. (1999). La formación docente en tiempos de incertidumbre. Formación de docentes. Memorias del 4° Congreso colombiano y 5° latinoamericano de lectura y escritura. Bogotá: Fundacultura, pp. 11-21.

Franco, D. F. (1999). La comunicación en el salón de clases. Revista Razón y Palabra, 4(13).

Gadamer, H. G. l. (2005). Verdad y método (Vol. 12): Sígueme Salamanca.

Pozo, J. I. (2008). Aprendices y maestros: La psicología cognitiva del aprendizaje.

Pozo, J. I., & Font, C. M. (1999). El aprendizaje estratégico: enseñar a aprender desde el currículo: Santillana.

Sierra, P. A. (2010). Estrategias de mediación metacognitiva en ambientes convencionales y virtuales: influencia en los procesos de autorregulación y aprendizaje autónomo en estudiantes universitarios. Universidad de Granada, España., Facultad de Ciencias de la Educación. Departamento de psicología evolutiva.  

Tébar Belmonte, L. (2003). El perfil del profesor mediador. Aula XXI, Santillana, Madrid.

Vigotsky, L. (1988). Interacción entre aprendizaje y desarrollo. El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, 123-140.

Zuleta Araújo, O. (2005). La pedagogía de la pregunta una contribución para el aprendizaje. Educere, 9(28), 115-119.

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